lunes, 23 de abril de 2012

La novela de un creador plástico



Por Diego Vadillo López  (Escritor y profesor de lengua y literatura)
Abril 19 de 2012 - Madrid, España




               Orlando Arias es un pintor boliviano que transmite la suavidad y elegancia de su dicción y ademanes a las criaturas que pasan de su temperamento artístico al lienzo.

               Pareciera como si este pintor no lograse resarcirse de esa ralentización a que somete el altiplano, y de ello se beneficia su estilo, habitado por criaturas real-maravillosas en una atmósfera etérea, rica en “sfumatos”,  que transcurriera a lo largo de la carretera comarcal que va de Chagall a Diego Rivera.

               Un cosmos de pictórica sensualidad habita la obra de Orlando, quien, no conforme con reunir ya una ingente obra, ha protagonizado una incursión en el mundo de las letras.

               Según he sabido, en realidad, él primero habitó el terreno de la escritura creativa hasta que, en un momento dado, se vio irremisiblemente seducido por la pintura, extremo que no ha sido óbice para que Orlando recale nuevamente en la Literatura. Y lo hace con una novela, “Los sueños de Alejandro e Isabel”, la cual es de rabiosa actualidad, no en vano versa sobre los estragos de una gran crisis económica que genera, merced al apoderamiento de los gobiernos por las grandes fortunas, una terrible brecha social, como ocurre a día de hoy. Pero este panorama no nos es mostrado de manera prosaica, sino a través de dos planos superpuestos, uno de los cuales entronca con universos de sugestión.

               Dos, los que figuran citados en el título, son los que protagonizan la historia tejida por Orlando; dos protagonistas que, ante un panorama aciago en lo económico, contribuyen a una cooperada huida hacia delante especulando con la fantasía y propiciando una inflación de ensueños.

               De fondo queda la esperanza de una sociedad más justa y humana, a imagen de mundos más oníricos y edificantes.



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